domingo, 24 de octubre de 2010

Las elecciones son un cándido dedo, decidiendo por otros (II)

Calle de Cabimas, Zulia, Venezuela.


En otras palabras es incompatible con la Democracia un sistema de gobierno que concentre y centralice el poder en la figura del Presidente, en una institución o en un solo partido. Al contrario la Democracia implica la separación de los poderes públicos de manera que exista balance y contrapeso entre ellos, es decir, posibilidad de control del poder.

La Democracia además conduce a la distribución territorial del poder público en entidades regionales y locales, de manera que el ciudadano y sus agrupaciones participen efectivamente en el ejercicio del poder público.

Solo cuando está asignado el control del poder y de su ejercicio conforme al Estado de Derecho, pueden tener vigencia otros componentes fundamentales de la Democracia, como la transparencia y la responsabilidad de los gobiernos en la gestión pública, la probidad y la actuación de la Administración pública al servicio de los ciudadanos.

Adicionalmente una democracia exige el respeto de los derechos laborales, entre los cuales ocupan lugar preferente la participación libre e igualitaria en sindicatos y gremios sin injerencia del Estado. Los derechos de los trabajadores deben estar garantizados por el Estado y éste no puede intervenir en sus organizaciones.

Todo control e injerencia del estado en los sindicatos de manera que la libertad sindical quede sometida, es esencialmente antidemocrática.

La democracia como gobierno de, por y para el pueblo impone que todas las instituciones del Estado estén políticamente subordinadas a la noma de la Constitución Nacional.

La institución militar en Democracia tiene que estar subordinada a la autoridad civil, democráticamente constituida y cumplir su misión de defensa del Estado y las propias instituciones democráticas.

La Democracia por tanto es mucho más que el acceso de los gobernantes al poder por vía electoral.

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