sábado, 2 de marzo de 2013

Serie Natura. JoséM Perozo Piña 2013

Autor: José Manuel Perozo Piña

Reflexiones a la luz del ser marxista, 
en este bizarro jolgorio del socialismo de cachucha, levita y alpargata.

El marxista es profundamente digno, humilde y respetuosa de los valores humanos y constitucionales, muy lejos esta del nepotismo y compadrazgos para usufructo, privilegios o malversación de familiares o compañeros de partido.

El marxista de convicción no adula o hace listas o maromas para agradar; Lo que sí es un convencido del trabajo Creativo, Productivo, Colectivo y Socialmente Necesario.

El marxista de convicción no busca cargos para humillar u obtener privilegios personales o hacer uso indebido del dinero público.

El marxista es Integro, Responsable, Honesto e incorruptible.

En fin un marxista de convicción cree en los poderes creadores del pueblo, la Dignidad Humana y el amor de Dios por sus Hijos.

 Qué es eso de aupar una lista o un carnet o hacer caritas y pararse en manos para ser “socialista”. El marxista de convicción es profundamente respetuoso de la Dignidad Humana.


Serie Texturas. José M Perozo Piña. 2013

Esto es tan sencillo como comprender que:

En cada formación económico-social, todas las formas de la conciencia están concatenadas entre sí, y en su conjunto constituyen la vida espiritual de una sociedad concreta.

La particularidad de las necesidades sociales que dan origen a las formas de conciencia social, determinan asimismo el rol histórico/social/concreto que tales formas desempeñan en la vida y desarrollo del hombre como fundamento de sustentación del colectivo social.


La formación del hombre nuevo pasa por la formación de los elementos materiales de la concepción materialista científica del mundo, la educación moral, cultural, técnica y estética, lo cual atestigua el inmenso papel que desempeñan las correspondientes formas de la conciencia social (Ser social y conciencia social).

El reconocimiento de ser miembro de sociedad entonces será un acto Racional, propio del acto consciente reflexivo que el Ser hace en función de su conocimiento, percepciones, emociones que le llevan a reconocer valores, principios normas como suyos para ajustar su comportamiento a la convivencia social.

El civismo privilegia la norma constitucional de la sociedad, supone la existencia irrestricta de la Constitución como norma y valor de vida en la democracia; y es,
a través de la Constitución, donde además, tiene sentido y contenido las instituciones, bajo condiciones de sociedades participativas, plurales y divergentes.


Seria Texturas; José M Perozo Piña 2013

Autor: José Manuel Perozo Piña

El camino necesario, el camino solidario, el camino de construir el vivir con dignidad, humildad y justicia 

Siempre el camino andado, tiene tras de sí la posibilidad de llenarnos del vivir momentos aleccionadores que, en conjunción de otros y para otros, participamos de una causa justa. Ese sentimiento, que nos mantiene unidos a los afectos que dan sentido al valor de vivir en comunidad.

Es ese sentimiento que lleva consigo, sentir que una sonrisa, es el mayor agradecimiento, una palmada es la gratificación de quien, siente que formamos parte de una humanidad dinámica, activa, sementada en la fe, de quien recibe la vida, para expresar la Gracia, de que cada cosa que hacemos vale la pena hacerla, para bien de sí mismo y nuestros semejantes.
Seamos pocos en la ira, la furia, la intolerancia y la envidia. Somos más que eso; somos seres que nacemos gracia a el hermoso acto del alumbramiento a la vida como acto de fe, que la humanidad, por más que la fustiguemos, somos más que la fatalidad del fatalista, que aun a pesar de la vida, solo acata a ver el terrible momento del error.
Es sentir el amor que sientes por tu fe, por quien eres, por tus seres amados, y más aun por aquel que tiende su mano para que aferrarse a ella, cuando sentimos que estamos al borde de la nada. Es sentir que tu mano es asidero seguro para quien, siente que se lanza al vacío, Es esa oportunidad de sentir que somos parte de algo maravilloso, de vivir en este momento único.
Nada más propicio que la solidaridad para lograr fidelidad, comprensión, justicia, entre otros valores que refuerzan la dignidad de sentir que somos parte de un familia, de una comunidad con la cual tenemos lazos de amor, fraternidad e identidad, lazos que nos integran a eso que llamamos bio-humanidad.
 La solidaridad es:
 Una virtud, que se refleja en el servicio y el bien común, cuya finalidad, se refuerza en el discernimiento y la empatía, para aminorar las carencias espirituales y materiales de nuestros semejantes.
 La solidaridad evita el individualismo, la egolatría, la envidia y el egoísmo. La solidaridad aminora el autoritarismo y el personalismo como signos de expresar relaciones entre instituciones y ciudadanos. 
Es tan necesaria la solidaridad para fortalecer la conciencia de ser parte de la biodiversidad, en la que Gracias a Dios tenemos vida y la oportunidad hermosas de aprender a convivir en armonía consigo mismo. Es sentir que eres parte de de un todo, que se hace todo en tanto tu existes, para cumplir con humildad y dignidad, ese pedazo de historia que toca construir con fe y esperanza la vida que deseas vivir.