viernes, 19 de marzo de 2010

Lectura obligada a la democracia II


La democracia como gobierno de, por y para el pueblo impone que todas las instituciones del Estado estén políticamente subordinadas a la noma de la Constitución Nacional.

La institución militar en Democracia tiene que estar subordinada a la autoridad civil, democráticamente constituida y cumplir su misión de defensa del Estado y las propias instituciones democráticas.

La Democracia por tanto es mucho más que el acceso de los gobernantes al poder por vía electoral.

Es un régimen político conforme al cual el ejercicio del poder tiene que desarrollarse de acuerdo a la constitución y los principios del Estado de Derecho de manera que puedan ser efectivamente controlados, asegurándose el respeto y garantía de los derechos humanos y libertades públicas.

Todos estos elementos y componentes fundamentales de la democracia por otra parte, configuran en la actualidad la doctrina interamericana de lo que debe ser un régimen democrático, tal y como lo define la Carta Democrática Interamericana el 11 de septiembre de 2001, donde se definen los elementos esenciales entre los que destacan los derechos humanos y las libertades fundamentales, el acceso y ejercicio del poder con sujeción al estado de derecho, la celebración de elecciones periódicas, libres y justas, el régimen plural de partidos y organizaciones políticas y la separación e independencia de los poderes públicos.

Así mismo, define como componentes fundamentales del ejercicio de la democracia la transparencia y responsabilidad de los gobiernos, el respeto de los derechos sociales y la libertad de expresión y de prensa y el respeto al estado de derecho.

La gobernabilidad, estabilidad y consenso en teoría deben estar sustentadas en relaciones para la sustentación del Estado, pero en la realidad no necesariamente se conducen de forma simultánea para la consecución o el mantenimiento del poder por un sector o grupo hegemónico de la sociedad, por muy democrático que sea el origen de su mandato.

Las experiencias exitosas de reforma de las sociedades democráticas es retribuir el poder del gobierno a los ciudadanos, de las cúpulas políticas a sus bases, de los empresarios a los consumidores, del estado a la sociedad. Por el contrario una crisis de gobernabilidad aplica cuando fuerzas oficialistas u opositoras, revierten las reformas contra aquellos propósitos, logrando subvertir el orden.



Toda decisión tomada para “mejorar las cosas” las empeora, en un juego pierde-pierde. Se concede poderes, se arma a la ciudadanía, se forman grupos matutes de apoyo al gobierno, a través de la represión de la libertad de manifestación, se otorgan permisos a la corrupción.

Los ascensos militares y designación de militares en cargos de confianza en la corrupción. Según Maquiavelo los denominaba efectos perversos.

Una evidencia de la consecución del consenso básico de todo sistema de gobierno democrático esta sobre la base de valores y de reglas básicas sólidas, esto es lo que denomina Nicos Poulantzas el bloque en el poder.



La Democracia se debilita cuando el centro del poder político pierde consenso y la fuerza desordenada de los grupos que apoyan el régimen se desboca y promueve normas que pueden llegar a subvertir el orden establecido.




Un régimen democrático está consolidado cuando una gran mayoría de la opinión pública, incluso en medio de grandes problemas económicos y de profunda insatisfacción con los funcionarios, mantienen la creencia de que los procedimientos e instituciones democráticas constituyen el modo más apropiado de gobernar la vida colectiva y el apoyo de alternativas anti sistemas es pequeño o esta mas o menos aislado.

La democracia se hace ingobernable cuando grupos de presión abandona el bloque de poder y apoyan nuevas alternativas. Estilo tradicional latinoamericano donde las fuerzas económicas y sectores políticos y militares se anotan a ganador, en un intento de garantizar el acceso al poder político para defender sus intereses.

Este ejercicio democrático es común y base de sustentación del populismo latinoamericano.

Las democracias latinoamericanas renacientes pudieron superar la crisis de la deuda externa porque los consensos básicos permitieron culminar las duras políticas de estabilización y el descontento popular no vulnero la debilidad de la gobernabilidad.



La lealtad democrática de los grupos de presión es variable y depende de la capacidad de los políticos para impedir disenso. La presión del gasto público, es sumamente fuerte cuando se utiliza como comprador de conciencia, a todos los niveles de clases, religión, función.




Claro oscuro, 2009 José M Perozo P





La verdadera revolución se construye en base a ideas, pareceres y convicciones divergentes; del pensamiento opuesto capaz de brindar la visión de lo opuesto que da con el ideario irreverente que nos llena de desencuentros dialecticos de crear una realidad en común, para que una vez creada seamos capaz de negarla para enriquecer su camino.


Lo demás es seguir a por intereses mezquinos el camino del bla, bla

sábado, 6 de marzo de 2010

El nuevo contrato social requiere la presión sobre las instituciones democráticas.

Deseo compartir con ustedes, estos pensamiento e imágenes de reconocidos humoristas que desde hace décadas años están graficando el acontecer sociopolítico latinoamericano, con el único pecado concebido como es el Pensar, el tener la opción del pensamiento divergente, contrapoder absoluto, unipersonal y caudillesco.
Además están las más humildes reflexiones de quien se hace responsable de este blog. Gracias por su amable atención.
Me disculpo con tan distinguidos caballeros por tomar sus caricaturas, por su derecho de autor, pero en cada caricatura esta citado su firma.
En el mundo contemporáneo no basta que el origen del gobernante esté en el sufragio para qué se lo considere democrático, sino que tiene que cumplir con otros elementos esenciales para tener legitimidad democrática y garantizar que sea un “gobierno para el pueblo”. ¿Donde habrá usted escuchado esa afirmación anteriormente?

La Democracia exige respeto y garantía de los derechos humanos y de las libertades fundamentales. Estos no pueden existir sino en Democracia y no hay Democracia si aquéllos no se garantizan, por más origen electivo que tengan los gobernantes.

En el mundo contemporáneo la doctrina de los derechos humanos y su primacía se han convertido en parte importante de la Democracia, al punto de que un régimen en el cual se violen los derechos humanos, la libertad de expresión y en general las libertades fundamentales del hombre es esencialmente antidemocrático.

Pero además, la Democracia exige que el acceso al poder y su ejercicio se realicen con sujeción al Estado de Derecho, es decir, respetándose la Constitución y las leyes.




El acceso al poder no solo se realiza a través de elección de los representantes, lo que debe hacerse con sujeción a lo establecido en la Constitución, sino también mediante la designación de los titulares de órgano con arreglo a la propia Constitución.

Por ello, es esencialmente antidemocrática tanto la usurpación de cargos electivos como el ejercicio de cargos públicos por titulares nombrados violándose los requisitos y normas constitucionales.

Pero además un elemento esencial de la democracia es el pluralismo político, de manera que todas las organizaciones y partidos políticos puedan tener efectiva posibilidad, no solos de acceder al poder, sino de participar políticamente en la conducción de la sociedad.


El gobierno democrático, además debe ser un gobierno para el pueblo en su conjunto y no para una parte o grupo político. Por tanto, sin pluralismo político no puede haber democracia siendo esta incompatible con un régimen de partido único o hegemónico o un Estado integrado por funcionarios al servicio de una parcialidad política.