lunes, 29 de junio de 2009

Que no es Socialismo



Releyendo artículos del escritor y articulista Michael A Lebowitz acerca de Socialismo y Capitalismo, nos asalto la idea de refrescar un escrito anterior en nuestro Blog, afín de aclarar la indigestión de “socialista” de nuevo cuño que se han atiborrado algunos pocos de lecturas apresuradas y los mas de aprenderse de memoria lo que “escuchan” en los medios de comunicación en el afán tercermundista de colocarse a la “vanguardia” de algo difuso que escribió o invento o dijo un tal Carlos Marx hace mucho tiempo.

De allí que tal como es técnica común de Lebowitz explicar una teoría por lo que no es, procederemos a comentar alguna e sus idea acerca de o que No es Socialismo.

En primera instancia el Socialismo no es una sociedad de propietarios privados que se fundamentan en el individualismo de la producción privada y la ganancia como sustento de la economía nacional.

De allí que en el socialismo no existe el trabajo asalariado en la cual el individuo "vende" su mano de obra al Capital.

En el Socialismo no hay clases sociales divididas por la propiedad de medios de producción. En el socialismo es abolida la diferenciación de clases naturales y dominantes del Capitalismo para pasar a la sociedad sin clases sociales.

La abolición de clases es viable porque en el Socialismo es abolida la propiedad privada como estructura dominante en el aparato productivo, para dar paso a la propiedad social.

La propiedad social en el Socialismo no es equivalente o igual a la propiedad pública. Confusión nefasta en algunas mentes dominantes en el Estado Socialista.

Esta afirmación es tajante en tanto que Socialismo no es un sistema socioeconómico centrado en la propiedad pública del Estado que se apropia del aparato productivo expropiado a los propietarios capitalistas.

En el socialismo lo público es diferente a lo social. En el Socialismo se abolirá lo publico llana y sencillamente porque el Estados dejaría de asumir el control del aparato productivo ante el crecimiento de la empresa social.

La empresa social no tendría vinculación financiera del Estado. La empresa social es un producto resultante del desarrollo autónomo de las Fuerzas Productivas, quienes son las llamadas a conducir el proceso de trasformación y derrocamiento del sistema Capitalista

De allí que el Socialismo no es una sociedad estatista, donde las decisiones la imponen políticos de profesión asambleísta o jurista, ministro o presidente que se constituyen desde el poder usurpado al colectivo social, en funcionarios aburguesados y enriquecidos de las Empresas del Estado.

El Socialismo no es estatista o imperialista o totalitario o militarista. Tal como lo expresa V.I. Lennin en El estado y la revolución el socialismo no es sistema donde el Estado y sus funcionarios se apropian de la propiedad privada y pública para usufructuarla con salarios y privilegios groseros y humillantes para el colectivo social.

En el socialismo no existe la Asamblea o Ministros de profesión que ocupan innumerables cargos para los cuales son desinados por la figura del Presidente.
El político de profesión asambleísta no tiene sentido alguno en el Socialismo porque la estructura del Estado Capitalista seria abolido no por políticos de profesión funcionarios del estado, sino por la energía de las fuerzas productivas que transformaran las relaciones ideológicas laborales capitalista para imponer la conciencia de la producción social colectiva y equitativa .

En fin el Socialismo no es el Estado populista benefactor, asistencialista, riquito que distribuye y provee los recursos a quienes se adhieren de forma ideológica al régimen estatista.

Las anteriores acotaciones tienen su sustento en el entendimiento de que el Socialismo estimula el desarrollo integral del Ser como centro de la divergencia, pluralidad, inclusión, amplitud consiente y legitimada por la Sociedad de carácter Democrática, Consiente, Colectiva, Equitativa y de Responsable socialmente.

De allí que todo totalitarismo, pensamiento único, impositivo y excluyente está reñido con el Socialismo, simplemente porque los seres humanos somos diferentes por naturaleza y conciencia; por lo que su desarrollo requiere del reconocimiento y respeto a las diferencias de pensamiento.

Tal como pregona Michael A Lebowitz el socialismo no responde a “Las presiones del Estado o las de la comunidad para homogeneizar las actividades productivas, las alternativas de consumo o estilos de vida, no pueden ser la base para que surja lo que Marx reconocía como la unidad basada en el reconocimiento de las diferencias”

La anterior afirmación se da en las sociedades dominadas por un Estado todo poderoso de economía monoprductora y de altos ingresos por venta de Materia Prima.

Hasta aquí una primera parte.

lunes, 22 de junio de 2009

Funcionalismo; Una manera de justificar la violación a lo constitucional

Foto Gabriela Carolina Perozo Balza 2009

Históricamente los gobiernos autoritarios y militaristas han convertido las experiencias socialistas en reducto de regímenes de dictadura personalista, asistencialista, despótico, populistas y sin base social.



Facundo Cabral
R. Malinowski expresaba que el funcionalismo tiene como objeto la “acción social” de sujetos sociales, analizados por su función, por el papel que representan dentro del sistema integral de cultura y por la manera como se relacionan entre sí dentro del sistema. Toda acción social, para T. Parsons, es analizable en la medida que su motivación y consumación como acción, está “mediada” por cuatro sistemas: biológico, personalidad, social y normativo o cultural. La sociedad como objeto de estudio es susceptible del análisis funcional.

Se define Funcionalismo como el cuerpo teórico que analiza los hechos sociales, en todos los niveles de desarrollo de una función, el papel que representa dentro del sistema integral de cultura y por el sistema de relaciones que tienen entre sí, los elementos del sistema.

El sistema de relaciones se da en la estructura social en la cual se distribuyen y organizan de acuerdo a un orden establecido las instituciones, creencias, modos de cultura, tomadas como fundamentales para el Estado, la Nación y la Sociedad. En la sociedad la acción humana está fundamentada y delimitada por valores básicos. Los valores prevalecen sobre las normas y principios y estas a su vez, sobre los roles.

En el análisis funcionalista es importante considerar:
1. La actuación subjetiva (conducta) del actor y las condiciones objetivas de los fenómenos sociales.
Los cuatro aspectos fundamentales del sistema social son: Valores, Actor, Rol y Normas.
El significado de los valores para el sistema social.
Las acciones sociales que contribuyen o aminoran la intensidad de la norma.
Las motivaciones que pudieran dar origen a funciones o disfunciones.
Las conductas conscientes o inconscientes de la acción social.

Las funciones pueden requerir un nivel de conciencia para su realización. El valor de una norma puede ser conocida por el actor; por ejemplo, el educador ante su deber de enseñar. Esto representaría la función manifiesta, acompañada de actuaciones orientadas a cumplir a cabalidad con la acción de administrar la clase.

Pero, más allá, esta la concepción de promover una conciencia crítica del papel (rol) que le toca cumplir en la sociedad al educando. Conciencia crítica que operaria en la conciencia, fortaleciendo los valores de la familia, la religión, que conduciría a actuaciones (función latente) positivas, que favorecerían la “adaptación o ajuste” del sistema social. La actuación conocida la desarrolla el Actor, personas o instituciones que desarrollan las acciones orientadas a un fin. El actor orienta (rol) su acción en un determinado ámbito o situación, bajo normas culturales, sociales, religiosas.

La actuación del actor la define su status o posición en el sistema social. Status o posición del actor en la sociedad viene dado por la clase social, nivel cultural, oficio, religión, grupo. Las nociones de actor, rol y status le asignan expectativas al comportamiento de individuos o instituciones, articulando las acciones y su integración con el sistema social.

Esta integración se sustenta en la teoría del sistema de la acción social desarrollado por R. Merton, quien estableció que la acción de un actor, se desarrolla y orienta hacia objetos preestablecidos, evaluados e interpretados a partir de motivaciones conocidas-aprendidas que permiten asignar valores.

El primer componente del sistema es el subsistema biológico, esto es, componente biosicosocial del hombre, a través del cual la carga genética del ser humano trasfiere emociones, sentimientos que lo hacen reconocerse parte de un sistema social dado. El niño que recibe una determinada carga genética de sus padres, pasa a formar parte a través del proceso de socialización de grupos que contribuyen a moldear su personalidad. Llamándose subsistema de personalidad a todo el sistema cognitivo que orienta y motiva la actuación de un actor.

El proceso de socialización (subsistema social), que se inicia en la familia, introduce al actor en interacciones necesarias para su futura acción social (función); las ideas, creencias, costumbres (subsistema cultural), conforman orientaciones de valor para la orientación del actor. Es decir, el plano consciente-inconsciente se origina al fijar o negar pautas culturales internalizadas por el actor.

El actuar de un determinado modo, consciente o inconsciente, le da al status del actor la concordancia necesaria para que su actuación tenga un sentido, una orientación (rol) hacia los fines de la sociedad. El rol articula al actor con la sociedad.

Entre las principales definiciones básicas en el Funcionalismo, se tienen las siguientes:

1. Función: consecuencias observables que favorecen la adaptación o ajuste del sistema.
2. Función Manifiesta: conductas conscientes del actor.
3. Función Latentes: conductas inconscientes del actor.
4. Disfunción: Consecuencias observables que aminoran la adaptación o ajuste del sistema.
5. Afunción: Consecuencias observables ajenas al sistema.
6. Actor: Individuo o colectividad que se desenvuelve en determinado ámbito de acción social.
7. Rol: Orientación de un actor.
8. Status. Posición que ocupa el actor en la estructura social.

Talcott Parsons considera el análisis del Actor dado una determinada situación formado por objetos de valores, que presentan alternativas de elección.

El actor hace su elección en función del rol que representa y que, arrastrado por impulsos, elige entre satisfacer su necesidad sin considerar a otros actores u objetos o sacrificar su satisfacción, producto de las normas o cualquiera otra consideración impuesta por el entorno.



viernes, 12 de junio de 2009

El Estado Populista. Un cuento de nunca acabar.

Via a maracaibo. Foto José M Perozo P 2009

Según Octavio Ianni en su texto “La formación de Estado populista en América Latina, el populismo surge como respuesta a la crisis de las oligarquías y la economía liberal en el seno del Capitalismo Internacional.

En el caso de América Latina la combinación de la economía liberal con la sumisión del Estado Oligárquico latinoamericanos de principios de 1900 a los capitales internacionales, fue fuente detonante del desarrollo del populismo en la década de 1920 en adelante

Las sucesivas crisis del capitalismo internacional, la primera guerra mundial, el surgimiento del bloque Socialista y la depresión de1929 repercutieron en los capitales foráneos y la constitución de los núcleos primarios de industrialización de América Latina, obligando a las oligarquía y sectores de la burguesía a buscar alternativas de fortalecieran la gobernabilidad del Estado Capitalista

Con el tiempo el modelo de Estado populista que se inicio como u proceso transitorio ante la crisis del Capitalismo internacional, se fue perpetuando como alternativa para la imposición del Estado liberal y sus procesos de industrialización sustitutiva y la consolidación del urbanismo. De paso garantizo la alianza de clases, representada en pactos sociales entre las elites en el poder y las masas de obreros y campesinos que emigraban a las ciudades.

El Populismo es la expresión más común que en América Latina, asumen los gobiernos que lo ejercen a partir del liderazgo carismático y retórico, entre otros factores, que le “asignan” al Estado características de personalista y popular; Sumatoria que da como resultado la concepción pragmática del pueblo y concibe al Estado como instancia asistencialista y unipersonal.

Una primera aproximación a la discusión es comprender el alto contenido ideológico que esta acepción del ejercicio de gobierno posee, basando su accionar en la denominada Conciencia Colectiva y el Discurso Épico. Esto es, el discurso oficial está cargado de lugares, hechos y héroes que respalda la actuación del líder Carismático.



El líder carismático se afana en sus dotes histriónicas, simpatía, expresión verbal y oratorio, raza, descendencia social para salvar la democracia.

El populismo surge en nuestro país, ante la incapacidad de la Democracia Representativa de enganchar votantes y satisfacer las demandas del electorado.

En este sentido electorado se refiere a clase desposeída, pobre, proletaria y explotada. Pero así mismo esta masa no posee voluntad propia, es orientado por lo la retórica épica de líderes carismático que operan a través del partido único, que se ve representado en las grandes concentraciones de militantes surgido de la masa de desposeídos, esto es, el “pueblo” en su más genuina expresión.



Entre las características de las democracias populistas tenemos:

1. Impulso a los procesos de industrialización por sustitución de importaciones y de urbanización, en el marco de la economía liberal

2. Estado interventor y nacionalizador de la actividad económica.

3. Estado regular e impositivo de orden fiscal en la actividad económica y social..

4. Desde el Estado se promueve alianza entre sectores obreros, campesinos y clase media en pactos económicos y sociales

5. Clientelismo entendido como el conjunto de pacto entre sectores políticos y partidos políticos con funcionarios públicos para recibir beneficios económicos, políticos y sociales a cambio de apoyo a las políticas del Estado.

6. Asistencialismo entendido como la acción del Estado orientada a reservar para si todas las actividades de suministro de servicios públicos, seguridad, salud, educación, diversión entre otras actividades que logran ampliar el carácter clientelar a sectores organizados de la sociedad.

De ali que es el Estados providencial, a través de la figura del líder carismático, quien satisface las necesidades del pueblo o elector. El Estado reserva para si hasta el juego de envite y azar (loterías, hipódromo, casinos entre otros modalidades) que si bien tienen restricciones tributarias y fiscales de actuación se mantienen como una fuente de distracción y contención del descontento y al vez de la esperanza popular.

Cada sector del pueblo se constituye en un “operador político”, que actúa bajo la influencia de la conducta grupal difundida por el Estado, utilizando para el ello el monopolio de los Aparatos Ideológicos.

En la noción de Luís Althuser, los Aparatos Ideológicos son todos los medios institucionales que el Estado tiene a su disposición para difundir la ideología de la clase hegemónica. En tal sentido se utilizan nociones tan abstractas como el lenguaje, héroes, creencias, tradiciones y religión, entre otros bienes intangibles que forman parte de la memoria colectiva evocados como entidades reservadas para resaltar ha sectores del pueblo “ungidos” por el líder carismático

La manipulación del pueblo mediante la utilización parcialidad de los medios de comunicación es fundamental para el Estado populista.

Un factor movilizador y manipulador es la alianza de clases; La posibilidad de establecer alianza de clases da al Estado fuerza para desplazar sectores opositores. Así mismo la alianza de clases propiciadas por el Estado populista logra:
Minimizar las contradicciones de clases antagónicas, esto es Capitalista y trabajadores asalariados.
Condiciones de sumisión de os sectores sindicalizados para el desarrollo de los intereses de la burguesía industrial y la consolidación de la incipiente clase obrera.


El populismo, desde el punto de vista económico, plantea una suerte de armonía supuesta entre capital y trabajo y rrepresenta así una trasposición parcial de poder de las oligarquías a una alianza de clases sociales, por lo general urbana, que incluye la burguesía industrial, la clase media y el proletariado industrial. De todos modos, en sus comienzos, debe considerarse al populismo como semi-urbano, ya que se visualiza en las grandes ciudades pero participan actores provenientes de espacios rurales.

El mensaje ideológico del populismo está orientado a convertir al líder carismático en una especie de héroe bondadoso, dadivoso, honesto, humilde, religioso, de carácter recio y dispuesto a vengar a los desposeídos de los males de la pobreza y la explotación.

La acción política tiende a lograr el partido único o partido dominante y el control del poder legislativo y judicial. En algunos casos el partido dominante dura más que el líder fundador dando lugar a una sucesión de mandatarios que dan apariencia de democracia, aunque no hay alternancia de partidos.


El populismo dispone de un discurso justiciero bien fundado en la infatigable lucha del líder carismático y las fuerzas del mal, representadas por:
Factores internos representados por opositores políticos, medios de comunicación, organizaciones gremiales, sectores de la clase media, empresarios e iglesia. Instituciones que son satanizadas y convertidas en encarnados enemigos del pueblo y del gobierno


Factores externos representados en el imperialismo (de izquierda o derecha) y el capitalismo.

El caudillo y sus burócratas se presentan a través de los medios de comunicación como los más leales con su pueblo, quien los recibe como figuras esclarecidas, infalibles y sacrificadas que solo obtienen como recompensa la “gloria divina de la inmortalidad”, reservada a los héroes de la nación.

La mezcolanza de “héroe, pueblo, lealtad y sacrificio” es el pacto perfecto entre gobernante y gobernados de la democracia populista. El pueblo deberá tener una lealtad incondicional para su líder carismático, quien se sacrifica, abandonando a la familia y pertenecías materiales, llegando incluso a dar su vida si fuese necesario para salvar al pueblo de la pobreza

Sobre la conciencia colectiva esta la elite en el poder y funcionarios públicos de alto rango que secunda al líder carismático. De la elite surgen los burócratas capacitados por la providencia para reinterpretar la sabiduría popular y asistir al caudillo a satisfacer las necesidades del pueblo.


El Estado populista se considera la esencia del pueblo, para lo cual se debe segregar todo síntoma de disidencia, diversidad, opinión que contradiga esa unidad orgánica de pueblo-líder carismático.


Pero aun cuando parezca incongruente, esa unidad absoluta, necesita desesperadamente de un enemigo que ponga a prueba constantemente las facultades providenciales del caudillo. Revivir las proezas de los héroes patrios, es fuente de energía del populismo.


El carácter clientela le brinda al Estado, y por su carácter pragmático, invertir recursos financieros en salud, viviendo, educación, seguridad, ejercito y alimentación, mediante la implementación de programas efectistas y pragmáticos. Esta acción del Estado populista refuerza la cultura de la asistencia, clientelismo y la influencia del funcionario que representa la burocracia del Estado.

En el afán de conseguir la dadiva del Estado, el pueblo otorga a cambio la total adhesión y sumisión al líder carismático. Sumisión condicionada al líder carismático, sustentado en el voto, pero que se constituye en el poder absoluto, autoritario de los bienes y personas de la nación.

El autoritarismo se logro, bien por la acción directa del aparato militar o de la coerción constitucional que capta el apoyo de las masas del pueblo y demás fuerzas de la nación al entramado de legitimidad que el líder carismático construye en el Estado.



Es importante destacar el denominador condicionado de la lealtad del pueblo. Si bien el apoyo popular es numeroso, por ejemplo Perón y Eva Perón en Argentina o Carlos Andrés Pérez en Venezuela, existe la posibilidad de que este sea volátil, dado la diversidad de carencias de servicios, alimentación, salud, vivienda o educación acumuladas por las masas populares, la frustración que genera el discurso populista y la inmensa he insalvable brecha entre la trilogía ingreso fiscal, gasto público y pobreza hacen que el pueblo, aparezca como parte interesado en la relación de intercambio entre el voto dado al gobernante y prebenda de asistencia social prometida.

El carácter dadivoso y asistencial del Estado se constituye en profunda preocupación del líder carismático, que necesita colocar a prueba constantemente el potencial apoyo y solidaridad del pueblo a través del enfrentamiento con opositores internos y/o con sectores del capitalismo internacional.

De allí que las masas electoras del pueblo “participan” a cambio de beneficios económicos. Situación que se torna dramática para las economías latinoamericanas caracterizadas por ser mono productoras de materias primas y sustentadas en el gasto público.

lunes, 8 de junio de 2009

Estado y legitimidad. Un punto de vista hacia el eslabón de la pérfida democracia. (y III)

Desde el Puento Rafael Urdaneta. Foto Gabriela Carolina Perozo Balza. 2009


La democracia como gobierno de, por y para el pueblo impone que todas las instituciones del Estado estén políticamente subordinadas a la noma de la Constitución Nacional.

La institución militar en Democracia tiene que estar subordinada a la autoridad civil, democráticamente constituida y cumplir su misión de defensa del Estado y las propias instituciones democráticas.

La Democracia por tanto es mucho más que el acceso de los gobernantes al poder por vía electoral.

Es un régimen político conforme al cual el ejercicio del poder tiene que desarrollarse de acuerdo a la constitución y los principios del Estado de Derecho de manera que puedan ser efectivamente controlados, asegurándose el respeto y garantía de los derechos humanos y libertades públicas.

Todos estos elementos y componentes fundamentales de la democracia por otra parte, configuran en la actualidad la doctrina interamericana de lo que debe ser un régimen democrático, tal y como lo define la Carta Democrática Interamericana el 11 de septiembre de 2001, donde se definen los elementos esenciales entre los que destacan los derechos humanos y las libertades fundamentales, el acceso y ejercicio del poder con sujeción al estado de derecho, la celebración de elecciones periódicas, libres y justas, el régimen plural de partidos y organizaciones políticas y la separación e independencia de los poderes públicos.

Así mismo, define como componentes fundamentales del ejercicio de la democracia la transparencia y responsabilidad de los gobiernos, el respeto de los derechos sociales y la libertad de expresión y de prensa y el respeto al estado de derecho.

La gobernabilidad, estabilidad y consenso en teoría deben estar sustentadas en relaciones para la sustentación del Estado, pero en la realidad no necesariamente se conducen de forma simultánea para la consecución o el mantenimiento del poder por un sector o grupo hegemónico de la sociedad, por muy democrático que sea el origen de su mandato.

Las experiencias exitosas de reforma de las sociedades democráticas es retribuir el poder del gobierno a los ciudadanos, de las cúpulas políticas a sus bases, de los empresarios a los consumidores, del estado a la sociedad. Por el contrario una crisis de gobernabilidad aplica cuando fuerzas oficialistas u opositoras, revierten las reformas contra aquellos propósitos, logrando subvertir el orden.

Toda decisión tomada para “mejorar las cosas” las empeora, en un juego pierde-pierde. Se concede poderes, se arma a la ciudadanía, se forman grupos matutes de apoyo al gobierno, a través de la represión de la libertad de manifestación, se otorgan permisos a la corrupción.

Los ascensos militares y designación de militares en cargos de confianza en la corrupción. Según Maquiavelo los denominaba efectos perversos.

Una evidencia de la consecución del consenso básico de todo sistema de gobierno democrático esta sobre la base de valores y de reglas básicas sólidas, esto es lo que denomina Nicos Poulantzas el bloque en el poder.

La Democracia se debilita cuando el centro del poder político pierde consenso y la fuerza desordenada de los grupos que apoyan el régimen se desboca y promueve normas que pueden llegar a subvertir el orden establecido.

Un régimen democrático está consolidado cuando una gran mayoría de la opinión pública, incluso en medio de grandes problemas económicos y de profunda insatisfacción con los funcionarios, mantienen la creencia de que los procedimientos e instituciones democráticas constituyen el modo más apropiado de gobernar la vida colectiva y el apoyo de alternativas anti sistemas es pequeño o esta mas o menos aislado.

La democracia se hace ingobernable cuando grupos de presión abandona el bloque de poder y apoyan nuevas alternativas. Estilo tradicional latinoamericano donde las fuerzas económicas y sectores políticos y militares se anotan a ganador, en un intento de garantizar el acceso al poder político para defender sus intereses.

Este ejercicio democrático es común y base de sustentación del populismo latinoamericano.

Las democracias latinoamericanas renacientes pudieron superar la crisis de la deuda externa porque los consensos básicos permitieron culminar las duras políticas de estabilización y el descontento popular no vulnero la debilidad de la gobernabilidad.

La lealtad democrática de los grupos de presión es variable y depende de la capacidad de los políticos para impedir disenso. La presión del gasto público, es sumamente fuerte cuando se utiliza como comprador de conciencia, a todos los niveles de clases, religión, función.

En el caso de Venezuela el petróleo se constituye en caja de financiamiento de la pobreza; mecanismo de sustentación de gobiernos fundados en la esperanza de sacar a la población de la pobreza a base de becas y ayudas que terminan financiando al más inmenso caudal de votos, este financiamiento a la pobreza permite evitar el disenso.

Los únicos que existen por esencia en y solo en la democracia son los partidos políticos, sindicatos y demás operadores políticos, líderes de barrio, de juntas de vecino, fauna pura fauna; A quienes les va la vida en preservar tal estado de cosas.

Es común observar alianza o vínculos entre operadores de cúpulas, que hacen vida en las direcciones de las fracciones u organizaciones políticas, orientadas estratégicamente a promover la separación del elector a partir del discurso ofensivo y descalificado.

Pero entre esa “cúpula podrida” se logra los más jugosos contratos y prebendas entre los funcionarios del régimen y los representantes de los factores de la oposición. Su cercanía con la pobreza es pura ficción y discurso.

Basta ver un candidato electo para cualquier puesto, con el tiempo se pone obeso y le surgen bienes y riquezas inexplicablemente “ganadas” por su esfuerzo, el sueldito del ministerio y su asombrosa capacidad de ahorro.

La legitimidad política proviene del origen y la actuación del gobierno ajustada al estado de derecho, a lo que denomina el Dr. H Kelsen Personalidad Moral del Estado y no a las presiones de la opinión pública o los grupos de poder.

La gobernabilidad democrática se sustenta en la represión de la violencia, del abuso del poder, de la corrupción, menor populismo y discurso divisionista, de la coerción o el chantaje.

La democracia no requiere de la violencia para desarrollarse y consolidarse como sistema que garantice la paz.

Las relaciones entre gobierno democrático y la sociedad civil son de equilibrio dinámico. La gobernabilidad depende del entendimiento del bloque de poder y si este o una parte importante de él, se colocan en disenso y realizan oposición sustancial la democracia se puede convertir en ingobernabilidad.

Cualquier sistema democrático puede estar legitimado por elecciones, pero es susceptible a perder legitimidad de origen si caudillos hábiles o inescrupulosos golpean los puntos vulnerables aprovechando las alianzas corporativas, oportunistas de quienes entienden el sistema democrático de gobierno y oposición como el gran negocio de todos los tiempos.

El debilitamiento del sistema democrático no proviene de la pobreza, la inflación ni la corrupción (muy por el contrario pareciera que son el soporte fundamental del discurso populista para captar votos o bien de la oposición como del oficialismo), sino de la fractura del bloque del poder.

El consenso en ocasiones está sustentado en el irrespeto del Estado de Derecho, concentración de poder y corrupción moral, desvirtuando los valores principales del estado y del concepto de democracia que priva en la voluntad colectiva, pasando por encima de la personalidad moral de estado.

Llegando incluso a promover el desgobierno, desorden y aparente populismo judicial desde el poder central del gobierno para justificar actos vandálicos promovidos y amparados por funcionarios y operadores políticos del partido y grupos de partido en el poder, para justificar la ingobernabilidad de la democracia por la vía normal.

Cobra vigencia el presidencialismo, el ventajismo institucional (básicamente amparado en ventajismo judicial), lo cual debe ser eliminado para recobrar el orden institucional.

¿Cómo hacerlo con la conciencia colectiva inyectada del abuso del poder y la impunidad judicial? ¿Cómo sustentar el sistema democrático y el bloque de poder?

Otro factor importante en el desgobierno es la utilización del partido y los funcionarios que viniendo del partido, utilizan cargos públicos para actuar mas como operadores políticos más que funcionarios al servicio de ciudadano.

En ese sentido el funcionario se reduce a militante activo del partido; Pagado por el Estado para que primero vote, y luego, “piense” en función del partido de gobierno y sus “lideres fundamentales”.

Bajo ese enfoque se olvida que el Estado es la Sociedad y que la estructura del Estado está orientada a satisfacer el bien común.

Que la Democracia se centra en los espacios de diálogos, consenso y disenso.

La quiebra del sistema democrático no es culpa de la pobreza, marginalidad, desempleo, sino de la estructura de poder y los operadores políticos incapaces de actuar más allá de sus intereses, Que la sociedad a la que engañan y timan, es a la que van de nuevo a exigirle que voten por ellos. Operadores políticos que se olvidan del bien común o de lo que llaman burlonamente el interés colectivo.

El pobre y la pobreza son utilizados como un recurso discursivo, cínico y populista.

lunes, 1 de junio de 2009

Estado y legitimidad. Un punto de vista hacia el eslabón de la pérfida democracia.(II)

Foto José M Perozo P 2008


Pero sin duda el signo fundamental de la Democracia es el ejercicio indirecto de la soberanía por el pueblo, a través de representantes electos, paradójicamente de forma directa, mediante elecciones secretas, libres y universales.

Sin embargo la Democracia como régimen político no se agota en la representación ni en la participación política.

Progresivamente, en particular después de la segunda guerra mundial, la democracia como régimen político se vincula esencialmente a otros factores que van más allá de la sola elección de funcionarios o mecanismos de participación directa y que se refieren al funcionamiento del gobierno democrático. Vinculado al ejercicio del poder y la separación e independencia de los poderes del Estado, respecto a la garantía de los derechos humanos, pluralismo político, de los derechos laborales y la libertad de expresión.

En el mundo contemporáneo no basta que el origen del gobernante esté en el sufragio para que se lo considere democrático, sino que tiene que cumplir con otros elementos esenciales para tener legitimidad democrática y garantizar que sea un “gobierno para el pueblo”. ¿Donde habrá usted escuchado esa afirmación anteriormente?

La Democracia exige respeto y garantía de los derechos humanos y de las libertades fundamentales. Estos no pueden existir sino en Democracia y no hay Democracia si aquéllos no se garantizan, por más origen electivo que tengan los gobernantes.

En el mundo contemporáneo la doctrina de los derechos humanos y su primacía se han convertido en parte importante de la Democracia, al punto de que un régimen en el cual se violen los derechos humanos, la libertad de expresión y en general las libertades fundamentales del hombre es esencialmente antidemocrático.



Pero además, la Democracia exige que el acceso al poder y su ejercicio se realicen con sujeción al Estado de Derecho, es decir, respetándose la Constitución y las leyes.

El acceso al poder no solo se realiza a través de elección de los representantes, lo que debe hacerse con sujeción a lo establecido en la Constitución, sino también mediante la designación de los titulares de órgano con arreglo a la propia Constitución.



Por ello, es esencialmente antidemocrática tanto la usurpación de cargos electivos como el ejercicio de cargos públicos por titulares nombrados violándose los requisitos y normas constitucionales.

Pero además un elemento esencial de la democracia es el pluralismo político, de manera que todas las organizaciones y partidos políticos puedan tener efectiva posibilidad, no solos de acceder al poder, sino de participar políticamente en la conducción de la sociedad.

El gobierno democrático, además debe ser un gobierno para el pueblo en su conjunto y no para una parte o grupo político. Por tanto, sin pluralismo político no puede haber democracia siendo esta incompatible con un régimen de partido único o hegemónico o un Estado integrado por funcionarios al servicio de una parcialidad política.

Por otra parte la Democracia como régimen político exige mecanismos constitucionales que aseguren el control del poder, lo que implica por una parte un régimen de separación e independencia de los poderes públicos y por otra parte, un régimen de distribución territorial del poder.

El principio de la separación de poderes es tangencial en la Democracia como lo es el principio de la representación popular mediante el sufragio para el ejercicio de la soberanía.

Solo el poder puede controlar al poder y su ejercicio abusivo. En este caso el poder soberano del pueblo. Por lo que, cuando no existe la separación e independencia de los poderes no hay Democracia.

En otras palabras es incompatible con la Democracia un sistema de gobierno que concentre y centralice el poder en la figura del Presidente, en una institución o en un solo partido. Al contrario la Democracia implica la separación de los poderes públicos de manera que exista balance y contrapeso entre ellos, es decir, posibilidad de control del poder.

La Democracia además conduce a la distribución territorial del poder público en entidades regionales y locales, de manera que el ciudadano y sus agrupaciones participen efectivamente en el ejercicio del poder público.

Solo cuando está asignado el control del poder y de su ejercicio conforme al Estado de Derecho, pueden tener vigencia otros componentes fundamentales de la Democracia, como la transparencia y la responsabilidad de los gobiernos en la gestión pública, la probidad y la actuación de la Administración pública al servicio de los ciudadanos.



Adicionalmente una democracia exige el respeto de los derechos laborales, entre los cuales ocupan lugar preferente la participación libre e igualitaria en sindicatos y gremios sin injerencia del Estado. Los derechos de los trabajadores deben estar garantizados por el Estado y éste no puede intervenir en sus organizaciones.

Todo control e injerencia del estado en los sindicatos de manera que la libertad sindical quede sometida, es esencialmente antidemocrática. (50)