lunes, 11 de mayo de 2009

Teoría General del Estado. Una aproximación a los postulados del Dr. Hans Kensel.

(I parte)
Efecto de luz y movimiento. Foto Gabriela Carolina Perozo Balza


EL Dr. Hans Kensel designa el Estado como la ordenación de la conducta. Ordenación entendida como modelo normativo constitucional, que indica quien debe actuar de tal o cual manera y como está obligado a actuar. El ordenamiento constitucional orienta la actuación del actor para que su conducta sea funcional; Evitando con ello conductas disfuncionales o afuncionales.

La norma Funcional de asociación entre los hombres es a la que se refiere el ordenamiento del Estado en la teoría del Dr. H Kensel en su libro Compendio de Teoría General del Estado el cual hilo conductor para la elaboración de las líneas acerca del concepto funcional del Estado en el marco de la concepción funcional/normativo del aparato regulador y conductor normativo de la sociedad capitalista

El ordenamiento normado de los hombres en relación con el Estado, es donde se funda el principio de autoridad del Estado. Autoridad basada en la reciprocidad de relaciones entre los hombres en la sociedad política, a la cual el hombre le debe el cumplimiento de deberes que emana de ella.

El Dr. Kelsen en término del Estado desdeña entenderlo como un órgano mítico, superior al hombre, devenido de la naturaleza. Pero acota que el Estado siendo la suma de voluntades individuales, colectivizadas, hace que la voluntad del Estado esté por encima de la voluntad individual. El autor resuelve esta posible contradicción, en cuanto a expresión metafórica, anteponiendo el ordenamiento, la norma, que se debe acatar como un “debe ser” de una voluntad individual expresado en el Estado.

Este último carácter expresado anteriormente posibilita así mismo la eficacia del Estado, en tanto que se entiende como la representación individualizada de un colectivo. En la medida que el hombre acate la norma, en esa medida la eficacia del Estado estará demostrada. La eficacia y la vigencia del Estado están basadas en la norma.

Por su carga valorativa, la norma orienta la conducta afectiva del hombre. Esta relación entre el orden normativo y el grado afectivo, le da realmente el poder al Estado. Las situaciones como tal se sirven de ello, lo otro es pura subjetividad.

Pero como el hombre actúa en la sociedad en varias instancias (político, económico y social), estas condicionan su actuar psicológico como ente individual, haciendo nulo el interés del Estado, aún cuando su actuación no esté en contra de la norma; así mismo, los hombres que actúan en representación de las instituciones del Estado, no siempre pueden estar funcionando en nombre de él.

Esta coincidencia de la acción del hombre como individuo que actúa bajo el ordenamiento del Estado, y como ser biológico, en la teoría del Dr. Kelsen es señalado como un sistema ideal que permite interpretar los actos reales como actos del Estado, en tanto, se comprueba su coincidencia con el contenido del sistema normativo.

Interpretación del hombre referida a su actuación individual con respecto a otros hombres dada la condición fundamental de ser una relación social. El Estado establece para regular esa relación un orden coactivo que evitará acciones atentatorias del orden social imperante. El orden coactivo permite vincular el Estado con la Teoría del Derecho al ser “personificación del orden jurídico” de la norma.

Dualismo presentado por el autor dada su ascendencia al estudio del Derecho, llevándolo, a nuestro modo de ver, a introducirse en un reduccionismo jurídico del análisis del Estado, dejando de lado los componentes socio-económicos-ideológicos, mediante los cuales el hombre como ser social acepta una norma estatal; por ejemplo, la propiedad privada.

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