sábado, 12 de noviembre de 2011

Imaginario sociales colectivos


En las sociedades capitalistas la imaginaria social desarrolla representaciones concebidas bajo el precepto de la dominación de sociedades desarrolladas vs sociedades dependientes, en las cuales el referente simbólico de los procesos sociales individualiza al ciudadano, cercenando aptitudes como la creatividad, capacidad innovadora, intelecto

Las sociedades receptoras, vacían de contenido educativo los productos que se difunden a través de los canales nacionales y/o instituciones hasta convertirlos en contenidos únicos, homogéneos y sin capacidad de generar representaciones del contexto social global.

Se intenta fortalecer concepciones como Comunidades del Conocimiento conceptualizados como ejes dinámicos de la producción de estrategias educativas e investigaciones en ciencias humanas y aplicadas necesarias para el desarrollo espiritual y material de los ciudadanos.

El sentido social es una aptitud cognitiva en virtud de la cual el hombre se halla abierto a su entorno y se proyecta en la capacidad de conocer los elementos y las relaciones del movimiento y del orden social. Es la clásica condición gregaria del hombre que le lleva a reconocerse como perteneciente al conglomerado de su especie. Esta condición le permite al hombre la posibilidad de existir, ya que solo el hombre sería extremadamente vulnerable. De allí la posibilidad de la coexistencia, esa dualidad sociológica (H Spencer, E. Durkheim y V. Paretto, entre otros) que explica la posibilidad de la búsqueda del vivir por sí mismo, pero a sí mismo la necesidad de participar en el proceso colectivo de la evolución humana. De allí que el Ser Humano no percibe la vida en soledad, es por esencia colectivo. Nos percibimos como seres colectivos, llenos de información que trasmitida van conformando núcleo social.

La percepción sería la síntesis de la actividad del sentido social. La percepción es el proceso cognitivo inicial, cargado de contenido sop0cail expresado en ideas, costumbres tradiciones pareceres que van formando la conciencia. Cómo hacer para valorar la carga empírica que contienen nuestras ideas. No se necesita ser el erudito doctor para creer o no en la mal suerte.

Percibimos la realidad dual, lo recuerdan de allí que en la percepción social ocupe lugar preponderante la percepción personal, que hace posible la comprensión del comportamiento (aceptado o rechazado) del contexto social: la completa percepción de alguien se alcanza cuando se le valora en tanto que persona.

La valoración personal supone la percepción de la dignidad moral que va unida al reconocimiento de los valores que afloran y se desarrollan en el ser personal de cada hombre.

El reconocimiento de los valores lleva consigo la percepción del otro como de uno mismo. Esta percepción, junto a la actitud de respeto subsiguiente, lleva a descubrir que los otros son el bien más grande con el que nos podemos encontrar: aquí se fundamenta la convivencia armoniosa y enriquecedora de la persona de cada uno.

El ser humano, al percibir la conexión entre su vida y la de los demás lleva como consecuencia al descubrimiento de que los hechos sociales constituyen una realidad en la que se halla comprometida la existencia. El sentido social se transforma en conciencia social.

La conciencia social añade al sentido social en la vinculación a la realidad social. Es en este momento, el de la conciencia social, donde aparece el sentimiento de responsabilidad social cuando el individuo/colectivo se hace consciente de deberes y derechos y de su participación activa en la vida de la comunidad.

Este sentimiento, que tiene como referencia una actividad posible, abre la puerta a la actitud social. Y la actitud es una disposición inmediata para la participación. Es condición todavía incipiente y preparatoria, una condición previa para una acción posterior, pero no actividad en sentido estricto. La participación es una actitud que se aprende a la luz de un sistema educativo participativo, libre al pensamiento divergente y creativo.

La actitud social tiene un carácter bipolar, porque señala una dirección a la actividad que ha de venir; actividad de acercamiento o de alejamiento, de simpatía o de antipatía, positiva o negativa. Cuando la actitud de adhesión a una persona o a un grupo, de integración a un conjunto humano o comunidad o de participación activa, es positiva favorece al conglomerado social.

La actitud social desemboca en el hábito social, que viene a ser el principio inmediato de la actividad social. Es por ello que la formación para la convivencia social tiene su objetivo final en la promoción y refuerzo de los hábitos sociales.

Magnificencia de propuesta teórica para la comprensión del valor de la democracia en sí misma, es el centro de nuestra disertación diaria. Es el camino a seguir para ubicar en el contexto la noción de democracia social como fuerza que debe imponerse ante cualquier autoritarismo personalista del Estado Social Capitalista.


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