miércoles, 24 de agosto de 2011

América Latina política: convivencia cívica, cultura y ciudadanía (i)


América Latina se constituye definitivamente en espacio predilecto para la promulgación de los elementos forjadores de la cultura política vinculada a aspectos del imaginario colectivo para sustentar o mantener las formas de representaciones social de los sectores de poder en torno al Estado. La representación social que los distintos grupos de poder o en pugna por el poder conforma un sincretismo ideológico conformado por militares, grupos de izquierda o derecha o de derecha e izquierda, sectores empresariales del capital de lo público y del capital privado mezclados en conflictos y acuerdos que estimulan transformaciones en las actitudes y valores de los distintos actores sociales.


El valor cívico que en si mismo tiene la Democracia como estilo de vida en América Latina, frente al cuestionamiento que se hace a la derecha liberal, le ha propinado un fuerte revés al extremo que la discusión se sustenta entre el capital y el socialismo, sin una base especifica conceptual que vincule la noción de democracia como estilo de vida. La democracia esta “colgada en el perchero” a la espera de que se pueda dilucidar el profundo drama que representa la distinción entre derecha e izquierda.

La vida cotidiana en América muestra como las relaciones entre actores organizados de la sociedad o simplemente el funcionamiento interno de la familia, se construye en base a actitudes que responde a las relaciones de integración o distanciamiento entre los grupos de poder. La representación del poder del Estado depende del personalismo que encara el líder, quien desde la primera magistratura orienta, arenga o toma para sí el control de las instituciones del Estado y de la familia. La familia es una extensión del escenario político de integración o disputa. Los miembros de la familia latinoamericana responden a las posiciones que en el plano político puedan o dejen de tomar quienes la integran. Apuntalado en la lectura de Norbert Lechner, en la familia latinoamericana se construyen actitudes y relaciones familiares forjadas al calor del ejercicio de autoridad y las relaciones al poder que modelan formas bien cuestionables de obediencia a la autoridad o de distanciamiento critico al poder y al orden establecido. Todo ello sobre la base de integración de la familia, como fuente valorativa de la convivencia y el orden cívico en la Democracia. (Los patios interiores de la Democracia. Subjetividad y política, 1988)

El ciudadano no ve ya la personalidad jurídica del Estado a la usanza del Dr. Hans Kelsen; Tras las experiencia de gobiernos de izquierda y el socialismo del siglo XXI, el Estado encarna la personalidad del líder autoritario que utiliza la sumisión, el nepotismo, la dadiva y los cuantiosos recursos de los estados mono productores de siempre, en la más absoluta compra de conciencias en las masas desposeídas de bienestar, por una parte y por la otra, las voluntades de funcionarios y familiares que se benefician de la “propiedad” estatal sobre empresas nacionalizadas o expropiadas.

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