El imaginario social en el contexto de las tecnologías de comunicación de masas
Autor: Soc. José Manuel Perozo Piña Dr. 2013
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Fibras, 2015. jmpp |
El
presente artículo crítico “El imaginario social en el contexto de las
tecnologías de comunicación de masas” se corresponde con el sustento de la
investigación militante de la experiencia sustentada en dos acciones concretas;
Una primera referida a la noción de Investigación en la Cátedra, la cual se
concibe como la necesaria acción de protocolizar las actividades de
administración de la cátedra con la práctica de investigación propias del
docente para la función Académica universitaria
La
segunda referida al protocolo científico que se sigue en la producción
independiente que desarrolla el autor, en el programa de Contenido Educativo
Creadores, que es producido para una televisora local. Este proceso ha
permitido producir un programa semanal de una hora de duración, por siete años
ininterrumpidamente.
Establecer
la relación entre los imaginarios de representación sociocultural, con la
partícula forma de gerencial el conocimiento en el contexto de las tecnologías
de comunicación de masas en sociedades globales
Las
sociedades del conocimiento se sustentan en representaciones globales de
productos científicos y tecnológicos sin arraigo en la configuración de formas
de aprender (conocer) la realidad en correspondencia con el contexto social
donde se aplica el conocimiento trasmitido como innovaciones a sociedades
globales.
1. Indagar
las representaciones que sustentan los contenidos difundidos
2. Analizar
el paradigma de conocimiento que soporta las representaciones difundidas
3. Como
se gerencia el conocimiento en el contexto de las tecnologías de la
comunicación de masas
4. Desarrollar
el concepto de contenido socioeducativo en la Gerencia del Conocimiento para la
tecnología de información y comunicación.
En
las sociedades capitalistas la imaginaria social desarrolla representaciones
concebidas bajo el precepto de la dominación de sociedades desarrolladas vs
sociedades dependientes, en las cuales el referente simbólico de los procesos
sociales individualiza al ciudadano, cercenando aptitudes como la creatividad,
capacidad innovadora, intelecto
Las
sociedades receptoras, vacían de contenido educativo los productos que se
difunden a través de los canales nacionales y/o instituciones hasta
convertirlos en contenidos únicos, homogéneos y sin capacidad de generar representaciones
del contexto social global.
Se
intenta fortalecer concepciones como Comunidades del Conocimiento
conceptualizados como ejes dinámicos de la producción de estrategias educativas
e investigaciones en ciencias humanas y
aplicadas necesarias para el desarrollo espiritual y material de los
ciudadanos.
El sentido
social es una aptitud cognitiva en virtud de la cual el hombre se halla
abierto a su entorno y se proyecta en la capacidad de conocer los elementos y
las relaciones del movimiento y del orden social.
Es
la clásica condición gregaria del hombre que le lleva a reconocerse como
perteneciente al conglomerado de su especie. Esta condición le permite al
hombre la posibilidad de existir, ya que solo el hombre sería extremadamente
vulnerable. De allí la posibilidad de la coexistencia, esa dualidad sociológica
(H Spencer, E. Durkheim y V. Paretto, entre otros) que explica la posibilidad
de la búsqueda del vivir por sí mismo, pero a sí mismo la necesidad de
participar en el proceso colectivo de la evolución humana. De allí que el Ser
Humano no percibe la vida en soledad, es por esencia colectivo.
Nos
percibimos como seres colectivos, llenos de información que trasmitida van
conformando núcleo social.
La percepción sería la síntesis de la
actividad del sentido social. La percepción es el proceso cognitivo inicial,
cargado de contenido sop0cail expresado en ideas, costumbres tradiciones
pareceres que van formando la conciencia. Cómo hacer para valorar la carga
empírica que contienen nuestras ideas. No se necesita ser el erudito doctor
para creer o no en la mal suerte.
Percibimos
la realidad dual, lo recuerdan de allí que en la percepción social ocupe lugar preponderante la percepción
personal, que hace posible la comprensión del comportamiento (aceptado o
rechazado) del contexto social: la completa percepción de alguien se alcanza
cuando se le valora en tanto que persona.
La
valoración personal supone la percepción de la dignidad moral que va unida al
reconocimiento de los valores que afloran y se desarrollan en el ser personal
de cada hombre.
El
reconocimiento de los valores lleva consigo la percepción del otro como de uno
mismo. Esta percepción, junto a la actitud de respeto subsiguiente, lleva a
descubrir que los otros son el bien más grande con el que nos podemos
encontrar: aquí se fundamenta la convivencia armoniosa y enriquecedora de la
persona de cada uno.
El
ser humano, al percibir la conexión entre su vida y la de los demás lleva como
consecuencia al descubrimiento de que los hechos sociales constituyen una
realidad en la que se halla comprometida la existencia. El sentido social se
transforma en conciencia social.
La
conciencia social añade al sentido social en la vinculación a la realidad
social. Es en este momento, el de la conciencia social, donde aparece el
sentimiento de responsabilidad social cuando el individuo/colectivo se
hace consciente de deberes y derechos y de su participación activa en la vida
de la comunidad.
Este
sentimiento, que tiene como referencia una actividad posible, abre la puerta a
la actitud social. Y la actitud es una disposición inmediata para la
participación. Es condición todavía incipiente y preparatoria, una condición
previa para una acción posterior, pero no actividad en sentido estricto. La
participación es una actitud que se aprende a la luz de un sistema educativo
participativo, libre al pensamiento divergente y creativo.
La
actitud social tiene un carácter bipolar, porque señala una dirección a la
actividad que ha de venir; actividad de acercamiento o de alejamiento, de
simpatía o de antipatía, positiva o negativa. Cuando la actitud de adhesión a
una persona o a un grupo, de integración a un conjunto humano o comunidad o de
participación activa, es positiva favorece al conglomerado social.
La actitud
social desemboca en el hábito social, que viene a ser el principio
inmediato de la actividad social. Es por ello que la formación para la
convivencia social tiene su objetivo final en la promoción y refuerzo de los hábitos sociales.
Soc. José Manuel Perozo Piña.
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